¿Qué pasaría si descubriéramos
que aquello a lo que le llamamos amor no es más que una palabra, inventada para
referirnos a unas formas de relacionarnos que no tienen nada en común entre sí
más que ese nombre?
La mayoría lo ignorarían, y
seguirían escribiéndole mensajes a su pareja y dedicándole canciones. Algunos
se frustrarían, pues entonces ¿Qué sentido tiene la vida, si no tener a mi lado
a esa persona y ser correspondido? Unos dirían “Hay un verdadero amor”, pero
mucha gente que no lo ha encontrado… Un
amor por el que estarían dispuestos a morir, y por qué no, a matar… No sé
cuantos realmente reflexionarían sobre aquello a lo que solemos llamar amor, y
vislumbrarían que aunque el matrimonio por amor se inventó en el mundo
occidental hace algunos siglos, una secta mediterránea del siglo I reflexionó y
escribió alunas cosas interesantes sobre esto, al punto de que su única deidad
representaba antes que otra cosa este concepto tan opaco y difícil de
aprehender…
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